El TRABAJO DE MONICA GALLERANI CON NUESTRO HIJO
¡Sergi ya sabe escribir su nombre: S-E-R-G-I! Recordamos con mucha alegría el día en que nuestro hijo nos enseñó cómo lo escribía. Su trazo irregular, esforzado, lento iba acompañado de gran empeño y de mucha satisfacción. Tenía, creemos recordar, tres añitos. Y Sergi siguió experimentando con más letras. Y nosotros, sonriendo.
Lletra!! Lletra!! Lletra!! Tres años después, la maestra de Sergi escribía sobre las fichas de nuestro hijo esta alerta: Lletra!! Letra!! Sergi no escribía como se esperaba que tenía que escribir, y nosotros no sabíamos cómo guiarle para que enderezara su trazo. La maestra tampoco sabía qué hacer…
Pasó un año más, y un verano de cuadernos de caligrafía. Sergi cambió de curso, y la nueva maestra volvió a llamarnos la atención sobre su letra: su hijo no escribe bien. ¿Qué hacer? De nuevo, a la maestra le faltaban recursos, y a nuestra angustia se iba sumando la impotencia: hasta que nos hablaron de Monica Gallerani.
Conocer a Monica fue conocer la profesionalidad, la solución y el cariño. Sentimos la confianza de dejar a Sergi en las mejores manos, que pronto diagnosticaron los hábitos perjudiciales que nuestro hijo tenía que superar. Sergi se esforzaba tanto en apretar el lápiz sobre el papel que se agotaba y sufría; se encorvaba sobre la mesa porque no veía lo que escribía: cogía el lápiz muy cerca de la punta, sin una buena pinza, y tenía que inclinar la cabeza para ver qué línea trazaba; había empezado a sentirse agarrotado, con tortícolis… ¡Y estaba cansado de que sus padres y sus maestras le dijeran que tenía que mejorar la letra! ¡Y no juntar líneas, ni separar mal las palabras, y y y…!
Gracias a Monica, ahora Sergi escribe tranquilo, claro, ordenado y pulido. Hemos trabajado en equipo: Sergi, Mónica, los padres; incluso, a pesar de primeras reticencias, los maestros de la escuela, que han escuchado a Monica cuando ella se ha desplazado al centro a explicarles el trabajo que Sergi iba realizando y debía realizar. Porque el trabajo, si es en equipo, y tiene un porqué y un para qué bien razonado, es más eficaz.
La clave ha sido la excelente guía de Monica, así como su constancia y paciencia con nuestro hijo, quien también ha sentido en todo momento su calidez humana y su cariño, además de sus sólidos conocimientos. Cambiar hábitos es tarea lenta, pero un trabajo prolongado durante un curso y medio ha dado un resultado espectacular.
Nuestro hijo ha trabajado contento, semana a semana, mes a mes. Ha cambiado de lápiz, ha pasado del lápiz al bolígrafo, de las letras grandes a letras más pequeñas; ha escrito sobre hojas de cuadros, de líneas, en blanco; ha observado cómo su trabajo de dominio del espacio central del papel y de sus márgenes, de la presión del lápiz, de los trazos rectos y de los trazos curvos, de los trazos que suben y de los que bajan, de los trazos de los números, le servían para conseguir que su maestra, sus compañeros, sus padres y Monica le felicitaran. Sergi ha puesto también mucho de sí.
Solo podemos agradecer todo este trabajo de reeducación de escritura a esta estupenda profesional, Monica Gallerani, que continúa al tanto del progreso de Sergi y que sigue transmitiéndonos respeto, confianza y entusiasmo. Muchas gracias, Monica. De corazón.
M.ª Ángeles y Toni